Esta semana , la seguridad de las vacunas en pacientes con Esclerosis Multiple y en el Desorden el Espectro de Neuromielitis Optica son de gran importancia. Las vacunas pueden prevenir algunas infecciones conocidas por acelerar la progresión de las enfermedades y aumentar el riesgo de recaídas. A excepción de la vacuna contra la fiebre amarilla, los estudios generalmente han encontrado que las vacunas son seguras y no aumentan el riesgo de aparición de recaidas.
A continuacion dos estudios de vacunacion , el primero en relacion con la presentacion de Esclerosis Multiple y el segundo en relacion con el Desorden del Espectro de Neuromielitis Optica (NMOSD).
Introduccion al tema:
En años recientes , la indecision a vacunarse ha crecido constantemente y plantea un problema de salud publica cada vez mas creciente (1). La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha considerado la vacilación ante las vacunas una de las diez principales amenazas para la salud mundial en 2019. (OPS y OMS). La vacilación de vacunas, que la OMS define como un "retraso en la aceptación o rechazo de las vacunas a pesar de la disponibilidad de servicios de vacunación", se ha informado en más del 90% de los países del mundo. En muchas áreas, la inmunización contra el sarampión, una enfermedad prevenible por vacunación que se eliminó en gran medida después del uso generalizado de la vacuna contra el sarampión, la paperas y la rubéola (MMR), ha disminuido a menos del umbral del 95% establecido por la OMS como el requerido para la inmunidad colectiva.
El reciente aumento de casos de sarampión en Latinoamerica es un ejemplo impresionante (OPS).
Los antivacunacionistas argumentan que los posibles efectos secundarios compensan los beneficios. Especialmente secuelas como el autismo, la Esclerosis Múltiple (EM) y varios síndromes neurológicos han sido enfatizados por el lobby antivacunación y la informacion que proveen en internet (Anna Katta 2010, Gasparin R et al 2015). Este desarrollo alarmante es apoyado en parte por los proveedores de atención médica, incluidos algunos neurólogos de la EM, que temen el deterioro iatrogénico de la EM preexistente. De hecho, se han publicado estudios que relacionan la vacunación y el inicio de la enfermedad. Aunque estos estudios a menudo carecen de poder y diseño estadistico adecuado para proporcionar evidencia del presunto vínculo, captaron la conciencia pública que condujo a una caída de las tasas de cobertura de vacunación pública (Martinez V. Et al Journal of Neurology 2013, Dennis F et al . CT Microbiology 2006, Hinman A. JAMA 1984)
Los estudios epidemiológicos y los datos de farmacovigilancia han demostrado repetidamente la seguridad de la gran mayoría de las vacunas. Recientemente Mailand MT et al J Neurol 2017, concluyó que no hay evidencia significativa de una relación causal entre el inicio o el deterioro de la Esclerosis Múltiple y la vacunación contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR), influenza, hepatitis A, hepatitis B, virus del papiloma humano (VPH), difteria , tétanos, tos ferina acelular o enfermedad meningocócica . Algunos estudios incluso han indicado una disminución del riesgo de Esclerosis Múltiple y una menor actividad de la enfermedad en la EM preexistente (Hernan MA. et al Neurology 2006).
Revisiones previas de vacunas y Esclerosis Multiple en este blog : Fiebre Amarilla .
Neurology. 2019 Jul 30. pii: 10.1212/WNL.0000000000008012. doi: 10.1212/WNL.0000000000008012. [Epub ahead of print]
A large case-control study on vaccination as risk factor for multiple sclerosis.
Hapfelmeier A, Gasperi C, Donnachie E, Hemmer B.
Abstract
OBJECTIVE:
To investigate the hypothesis that vaccination is a risk factor for Multiple Sclerosis (MS) by use of German ambulatory claims data in a case-control study.
METHODS:
Using the ambulatory claims data of the Bavarian Association of Statutory Health Insurance Physicians covering 2005-2017, logistic regression models were used to assess the relation between MS (n = 12,262) and vaccinations in the 5 years before first diagnosis. Participants newly diagnosed with Crohn disease (n = 19,296) or psoriasis (n = 112,292) and participants with no history of these autoimmune diseases (n = 79,185) served as controls.
RESULTS:
The odds of MS were lower in participants with a recorded vaccination (odds ratio [OR] 0.870, p < 0.001 vs participants without autoimmune disease; OR 0.919, p < 0.001 vs participants with Crohn disease; OR 0.973, p = 0.177 vs participants with psoriasis). Lower odds were most pronounced for vaccinations against influenza and tick-borne encephalitis. These effects were consistently observed for different time frames, control cohorts, and definitions of the Multiple Sclerosis cohort. Effect sizes increased toward the time of first diagnosis.
CONCLUSIONS:
Results of the present study do not reveal vaccination to be a risk factor for Multiple Sclerosis. On the contrary, they consistently suggest that vaccination is associated with a lower likelihood of being diagnosed with Multiple Sclerosis within the next 5 years. Whether this is a protective effect needs to be addressed by future studies
Un gran estudio de casos y controles sobre la vacunación como factor de riesgo para la Esclerosis Múltiple
Hapfelmeier A, Gasperi C, Donnachie E, Hemmer B.
OBJETIVO:
Investigar la hipótesis de que la vacunación es un factor de riesgo para la Esclerosis Múltiple (EM) mediante el uso de datos alemanes de reclamos ambulatorios en un estudio de casos y controles.
MÉTODOS
Utilizando los datos de reclamaciones ambulatorias de la Asociación Bávara de Médicos Estatutarios de Seguros de Salud que cubren 2005-2017, se utilizaron modelos de regresión logística para evaluar la relación entre la Esclerosis Múltiple (n = 12,262) y las vacunas en los 5 años anteriores al primer diagnóstico. Los participantes recién diagnosticados con enfermedad de Crohn (n = 19,296) o psoriasis (n = 112,292) y los participantes sin antecedentes de estas enfermedades autoinmunes (n = 79,185) sirvieron como controles.
RESULTADOS
Las probabilidades de Esclerosis Múltiple fueron menores en los participantes con una vacuna registrada (odds ratio [OR] 0.870, p < 0.001 frente a los participantes sin enfermedad autoinmune; OR 0.919, p < 0.001 frente a los participantes con enfermedad de Crohn; OR 0.973, p = 0.177 frente a los participantes con psoriasis). Las probabilidades más bajas fueron más pronunciadas para las vacunas contra la influenza y la encefalitis transmitida por garrapatas. Estos efectos se observaron consistentemente para diferentes períodos de tiempo, cohortes de control y definiciones de la cohorte de Esclerosis Múltiple. Los tamaños del efecto aumentaron hacia el momento del primer diagnóstico.
CONCLUSIONES
Los resultados del presente estudio no revelan que la vacunación sea un factor de riesgo para la Esclerosis Múltiple. Por el contrario, sugieren constantemente que la vacunación se asocia con una menor probabilidad de ser diagnosticada con Esclerosis Múltiple en los próximos 5 años. Si este es un efecto protector debe abordarse en futuros estudios.
Los datos abarcaron más de 200,000 personas, incluidos más de 12,000 pacientes con Esclerosis Múltiple. Los investigadores encontraron que cinco años antes de ser diagnosticados, las personas que desarrollaron Esclerosis Múltiple habían recibido menos vacunas que aquellos que no desarrollaron Esclerosis Múltiple. Esto se aplica a todas las vacunas investigadas: aquellas contra pneumococo, meningococo, paperas, sarampión, rubéola, varicela, virus del papiloma humano (VPH), hepatitis A y B, encefalitis transmitida por garrapatas e influenza. El efecto fue particularmente pronunciado en los últimos tres casos: el grupo de control había recibido significativamente más vacunas que los individuos que más tarde desarrollaron Esclerosis Múltiple.
Los investigadores también querían descartar la posibilidad de que los resultados pudieran ser un efecto subyacente de las enfermedades crónicas en general. Por lo tanto, analizaron datos de otros dos grupos: pacientes con enfermedad de Crohn, un trastorno inflamatorio intestinal, y pacientes con psoriasis, una enfermedad crónica de la piel. Las vacunas de estos pacientes también se habían registrado cinco años antes de su diagnóstico.
El resultado de este grupo de pacientes, sin embargo, habían recibido tantas vacunas como el grupo de control saludable. Consecuentemente los resultados no se deben únicamente a la presencia de una enfermedad inflamatoria crónica, sino a un comportamiento específico de la Esclerosis Múltiple.
Los investigadores estaban investigando la hipótesis de que la vacunación es un factor de riesgo para desarrollar Esclerosis Múltiple, pero en cambio descubrieron que la vacunación puede estar asociada con una menor probabilidad de ser diagnosticados con Esclerosis Múltiple en los próximos 5 años. Es de destacar que aquellos que no desarrollaron Esclerosis Múltiple tuvieron significativamente más vacunas contra la influenza y encefalitis transmitida por garrapatas, entre todas las vacunas.
Dado el gran volumen de datos analizados, los autores concluyen que no hay evidencia de que la vacunación reciente aumente la probabilidad de Esclerosis Múltiple o el inicio de un episodio inicial de Esclerosis Múltiple.
El siguiente articulo sobre Vacunacion y NMOSD, no conclusivo , dado por la escasa cantidad de informacion y aplicabilidad de metodologia asociada.
Systematic Review Investigating Relationship Between Neuromyelitis Optica Spectrum Disorder (NMOSD) and Vaccination
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Objective: To systematically review existing data regarding the relationship between neuromyelitis optica spectrum disorder (NMOSD) and vaccination.
Background: Most patients with NMOSD harbor an antibody against aquaporin-4 (AQP4-IgG) that can be detected in serum years in advance of clinical disease expression. Factors responsible for triggering NMOSD onset or individual attacks are not well understood. Vaccinations have been implicated as triggers of idiopathic transverse myelitis and other monophasic CNS inflammatory syndromes but their relationship to NMOSD onset and relapse is unclear.
Design/Methods: PubMed and MEDLINE databases were searched using the following terms: “neuromyelitis optica”, “Devic’s disease”, “Devic’s syndrome”, “vaccine”, “vaccination”, and “immunization” and limited to English language publications. We included articles that described patients meeting 2006 or 2015 NMO/NMOSD diagnostic criteria and either disease onset or relapse occurring 2–42 days post-vaccination.
Results: Data was abstracted from 6 articles (1 retrospective review, 5 individual case reports) describing a total of 15 patients with vaccine-NMOSD activity relationships. Ten of 15 (67%) were AQP4-IgG seropositive. Four (80%) of AQP4-IgG seronegative and 4 (40%) AQP4-IgG seropositive patients experienced their first-ever attack after a vaccine. Attack types included optic neuritis (n=8), myelitis (n=12) and area postrema syndrome (n=2). Attacks were multiregional (e.g. optic neuritis and myelitis) in 4/5 (80%) of AQP4-IgG seronegative but only 1/10 (10%) seropositive patients. Implicated vaccines included influenza, tetanus and diphtheria (Td), tetanus, diphtheria, and pertussis (Tdap), human papilloma virus, pneumococcal, hepatitis A, hepatitis B, typhoid, yellow fever, and Japanese encephalitis vaccines.
Conclusions: NMOSD can arise de novo or relapse post-vaccination but current data are limited in number and quality. A greater proportion of first-event attacks and multiregional attacks in AQP4-IgG seronegative patients requires further study. This systematic review highlights the need for use of standard exposure-event methodology for conducting epidemiologic studies of NMOSD when addressing questions of vaccine-associated risks.
Revisión sistemática Investigando la relación entre el Desorden del Espectro de Neuromielitis Optica (NMOSD) y la vacunación.
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Objetivo:Revisar sistemáticamente los datos existentes sobre la relación entre el Desorden del Espectro de Neuromielitis Optica (NMOSD) y la vacunación.
Antecedentes:la mayoría de los pacientes con NMOSD albergan un anticuerpo contra la aquaporina-4 (AQP4-IgG) que se puede detectar en suero años antes de la expresión clínica de la enfermedad. Los factores responsables de desencadenar la aparición de NMOSD o ataques individuales no se conocen bien. Las vacunas han sido implicadas como desencadenantes de mielitis transversa idiopática y otros síndromes inflamatorios del SNC monofásicos, pero su relación con el inicio y la recaída de NMOSD no está clara.
Diseño / Métodos: Se realizaron búsquedas en las bases de datos PubMed y MEDLINE utilizando los siguientes términos: "neuromielitis óptica", "enfermedad de Devic", "síndrome de Devic", "vacuna", "vacunación" e "inmunización" y se limitaron a publicaciones en inglés. Se incluyeron artículos que describían pacientes que cumplían con los criterios de diagnóstico de NMO / NMOSD de 2006 o 2015 y el inicio de la enfermedad o la recaída que ocurría 2–42 días después de la vacunación.
Resultados: Los datos se extrajeron de 6 artículos (1 revisión retrospectiva, 5 informes de casos individuales) que describen un total de 15 pacientes con relaciones de actividad vacuna-NMOSD. Diez de 15 (67%) eran seropositivos a AQP4-IgG. Cuatro (80%) de los pacientes seronegativos AQP4-IgG y 4 (40%) seropositivos a AQP4-IgG experimentaron su primer ataque después de una vacuna. Los tipos de ataque incluyeron neuritis óptica (n = 8), mielitis (n = 12) y síndrome del área postrema (n = 2). Los ataques fueron multirregionales (por ejemplo, neuritis óptica y mielitis) en 4/5 (80%) de los pacientes seronegativos AQP4-IgG pero solo 1/10 (10%) seropositivos. Las vacunas implicadas incluyeron influenza, tétanos y difteria (Td), tétanos, difteria y tos ferina (Tdap), virus del papiloma humano, neumococo, hepatitis A, hepatitis B, fiebre tifoidea, fiebre amarilla y vacunas contra la encefalitis japonesa.
Conclusiones: NMOSD puede surgir de novo o recaer después de la vacunación, pero los datos actuales son limitados en número y calidad. Una mayor proporción de ataques de primer evento y ataques multirregionales en pacientes seronegativos AQP4-IgG requiere más estudio. Esta revisión sistemática resalta la necesidad de utilizar la metodología estándar de eventos de exposición para realizar estudios epidemiológicos de NMOSD cuando se abordan cuestiones de riesgos asociados con la vacuna.