23 de noviembre de 2019

Estándares de calidad Fármacos Modificadores de Enfermedad: Esclerosis Multiple

En el marco del 5  Encuentro Latinoamericano de Asociaciones de Esclerosis Multiple , en Medellin 23-24 de Noviembre de 2019.
Conferencia sobre Estándares de calidad fármacos modificadores de Enfermedad : Esclerosis Multiple.
Gracias a la ACN y  ALEM.






Dr. Carlos Navas 
Neurologia Bogota 
Neurologo Enfermedad Desmielinizante

PD: Puede  detallar  la pagina en su extension completa en web, adicionalmente  inscribirse para recibir la informacion por via email: http://feeds.feedburner.com/Esclerosis-multiple-msblog. y oprimir el ítem : Get Esclerosis-Multiple-MSblog delivered by email

17 de noviembre de 2019

Disfunción sexual en el Desorden del Espectro de Neuromielitis Óptica (NMOSD)

El Desorden del Espectro de Neuromielitis Óptica (NMOSD) es un trastorno desmielinizante grave del sistema nervioso central que generalmente produce síntomas más incapacitantes y un peor pronóstico que la Esclerosis Múltiple.
En los últimos años, numerosos estudios han indicado que los pacientes con Esclerosis Múltiple experimentan peores desempeños en los cuestionarios de calidad de vida (HRQOL) que la población general y han revelado predictores importantes de reduccion de calidad de vida, que incluyen depresión, discapacidad, fatiga y trastornos del sueño (Berrigan L. et al. Neurology 2016 , Janzen W. Int J MS Care 2013Schmid S. et al. MSARD 2019).
Sin embargo, en comparación con el extensos estudios de  (HRQOL) en la Esclerosis Múltiple, faltan investigaciones suficientes de (HRQOL) en la NMOSD (Chanson JB et al. Eur.J. Neurol 2011)
Orozco-Leon V. et al. BCM 2019, determino  la prevalencia de síntomas relacionados con la disfunción sexual autoinformada por el paciente utilizando el MSISQ-19 como herramienta de detección en sujetos con NMOSD y MS. Se inscribieron un total de 35 pacientes con NMOSD y MS
en cada grupo. El síntoma más frecuentemente reportado en ambos grupos fue "problemas de concentración, memoria y pensamiento".
Los síntomas más frecuentemente reportados en NMOSD fueron:
  • # 6: dolor, ardor o incomodidad
  • # 1: opresión muscular o espasmos
  • # 4: sentimientos de dependencia

El 26% de los pacientes en el grupo NMOSD no completó el cuestionario, mientras que solo el 9% en el grupo de Esclerosis Múltiple no lo hizo.
Como conclusiones llego: 
  • Existe una prevalencia similar de síntomas relacionados con la disfunción sexual autoinformada por el paciente en NMOSD y Esclerosis Múltiple.
  • El reconocimiento de la disfunción sexual en pacientes con NMOSD puede tener un impacto significativo en su calidad de vida.
  • El cuestionario de intimidad y sexualidad de Esclerosis Múltiple-19 (MSISQ-19) puede ser una herramienta de detección adecuada y útil para la detección temprana de síntomas de disfunción sexual en NMOSD.
Puede ingresar al cuestionario en este link: MSISQ-19 , “cualquier pregunta que obtenga una puntuación de "4" o "5" debe comentarla y analizarse con su medico tratante.

En el siguiente articulo Zhang y colbs , analizan la disfuncion sexual en una cohorte de pacientes con Desorden del Espectro de Neuromielitis Óptica.

J Neuroimmunol. 2019 Oct 31;338:577093. doi: 10.1016/j.jneuroim.2019.577093. [Epub ahead of print]

Sexual dysfunction in patients with neuromyelitis optica spectrum disorder.

Zhang Y, Zhang Q, Shi Z, Chen H, Wang J, Yan C, Du Q, Qiu Y, Zhao Z, Zhou H.

Abstract

BACKGROUND: 

Sexual dysfunction (SD) is a common but poorly understood symptom in patients with neuromyelitis optica spectrum disorder (NMOSD). The study was designed to compare SD between NMOSD patients and healthy controls (HCs), and to investigate factors that influenced SD in NMOSD patients.

METHODS: 

The study enrolled 102 sexually active NMOSD patients and 110 HCs. SD was investigated with the Female Sexual Function Inventory (FSFI), the abridged International Index of Erectile Function-5 (IIEF-5) and the Chinese Index of Premature Ejaculation-5 (CIPE-5). Disability, lower urinary tract dysfunction (LUTD), fatigue, depression and anxiety were also evaluated.

RESULTS: 

The prevalence of SD, including female sexual dysfunction (FSD), erectile dysfunction (ED), and premature ejaculation (PE), was significantly higher in NMOSD patients than in HCs (P < .01). The FSFI, IIEF-5 and CIPE-5 scores were all significantly lower in NMOSD patients than in HCs (P < .01). Correlation analysis showed that SD was strongly correlated with age, age at onset, disability, LUTD, fatigue, depression and anxiety (P <  .05). Regression analysis further revealed that age at onset (OR = 1.057, P = .036), disability (OR = 1.591, P = .011), and depression (OR = 1.111, P = .041) were independent predictors of FSD in NMOSD patients.

CONCLUSIONS: 

This study provided evidence that SD is a common problem in NMOSD patients and that age at onset, disability, and depression are independent predictors of FSD. More attention should be paid to SD in patients with NMOSD.


J Neuroimmunol. 2019 Oct 31;338:577093. doi: 10.1016/j.jneuroim.2019.577093. [Epub ahead of print]

Disfunción sexual en pacientes con Desorden del Espectro de Neuromielitis Óptica

Zhang Y, Zhang Q, Shi Z, Chen H, Wang J, Yan C, Du Q, Qiu Y, Zhao Z, Zhou H.
ANTECEDENTES:
La disfunción sexual (DS) es un síntoma común pero poco entendido en pacientes con Desorden del Espectro de Neuromielitis Óptica(NMOSD). El estudio fue diseñado para comparar DS entre pacientes con NMOSD y controles sanos (CS), e investigar factores que influyeron en la DS en pacientes con NMOSD.
MÉTODOS
El estudio incluyó a 102 pacientes con NMOSD sexualmente activos y 110 HC. DS fue investigado con el Inventario de la Función Sexual Femenina (FSFI), el Índice Internacional abreviado de la Función Eréctil-5 (IIEF-5) y el Índice Chino de Eyaculación Precoz-5 (CIPE-5). También se evaluaron la discapacidad, la disfunción del tracto urinario inferior (LUTD), la fatiga, la depresión y la ansiedad.
RESULTADOS
La prevalencia de DS, incluida la disfunción sexual femenina (DSF), la disfunción eréctil (DE) y la eyaculación precoz (EP), fue significativamente mayor en pacientes con NMOSD que en HC (P < .01). Las puntuaciones FSFI, IIEF-5 y CIPE-5 fueron significativamente más bajas en pacientes con NMOSD que en HC (P < .01). El análisis de correlación mostró que la DS estaba fuertemente correlacionada con la edad, la edad de inicio, la discapacidad, la LUTD, la fatiga, la depresión y la ansiedad (p < 0,05). El análisis de regresión reveló además que la edad de inicio (OR = 1.057, P = .036), discapacidad (OR = 1.591, P = .011) y depresión (OR = 1.111, P = .041) fueron predictores independientes de DSF en NMOSD pacientes
CONCLUSIONES
Este estudio proporcionó evidencia de que DS es un problema común en pacientes con NMOSD y que la edad de inicio, discapacidad y depresión son predictores independientes de DSF. Se debe prestar más atención a la DS en pacientes con NMOSD.

En este estudio, casi la mitad de los pacientes con NMOSD femenino (45.3%) informaron disfuncion sexual , mientras que el 75% de los pacientes con NMOSD masculino tenían disfuncion erectil  y casi la mitad (43.8%) tenían eyaculacion precoz . Los problemas sexuales más comunes fueron disminución de la libido, disminución del orgasmo y disfunción eréctil, cuya prevalencia oscilaba entre el 41,9% y el 75%.
Entre los encuestados sexualmente activos, solo el 23.3% de las pacientes femeninas mostraron una función normal en todos los dominios FIFS, mientras que el 25% de los pacientes masculinos mostraron una función normal tanto en el IIEF-5 como en el CIPE-5. A partir de estos resultados, parece que la función sexual en pacientes con NMOSD estaba marcadamente más comprometida que en los HC y que la disfuncion sexual  es un problema común entre los pacientes con NMOSD. Además, los pacientes con NMOSD que no pudieron tener relaciones sexuales debido a una discapacidad fueron excluidos en este estudio, por lo que la prevalencia real de DS  podría ser mucho mayor en el mundo real que en este estudio.
En estec análisis de correlación preliminar, encontramos que la edad se correlacionó negativamente con disfuncion sexual  en pacientes con NMOSD. Cuando una mujer envejece, las reducciones en la secreción hormonal causan dispareunia, y se informó que el envejecimiento es uno de los factores de riesgo para la disfuncion sexual femenina  en la población general (Nazareth I. et al  BMJ 2003). Además, se encontró la misma correlación entre la edad de inicio y la disfuncion sexual femenina. La edad de inicio fue un importante predictor clínico de discapacidad en NMOSD (Collongues N. et al. MSJ 2014 ; Seok JM. et al. MSJ 2017). Los pacientes con una edad de inicio más avanzada generalmente tenían una tasa más alta de discapacidad motora, menor recuperacion  después de un ataque y una neuroplasticidad más severamente reducida.
Este  estudio sugirió que la disfunción del tracto urinario inferior (LUTD),  afectó negativamente la función sexual tanto en pacientes con NMOSD de sexo femenino como masculino, y el impacto en disfuncion sexual  fue principalmente evidente en términos de libido, excitación sexual, lubricación vaginal, orgasmo, satisfacción sexual, función eréctil y eyaculación.
La fatiga influye negativamente en la función sexual femenina y la función de eyaculación masculina en pacientes con NMOSD, según los resultados del análisis de correlación.
NMOSD puede causar sentimientos de depresión, ansiedad, autoimagen negativa y afectacion del estado de ánimo debido a diversas discapacidades neurológicas y físicas. Todos estos posibles trastornos psicológicos podrían conducir a disfuncion sexual. En este estudio, aproximadamente el 46.1% de los pacientes con NMOSD tenían depresión, y había asociaciones negativas entre la depresión y la disfuncion sexual femenina  y eyaculacion precoz, lo que podría indicar que el nivel creciente de depresión promovió el desarrollo de DS en pacientes con NMOSD.
Este estudio mostró que la DS estaba relacionada con cambios tanto físicos como psicológicos en pacientes con NMOSD. El análisis de regresión logística binaria mostró además que la edad de inicio, la discapacidad y la depresión son predictores independientes de disfuncion sexual feminina. Aunque la edad de inicio no fue un factor de riesgo modificable, comprender el potencial de DS en pacientes con NMOSD de inicio más antiguo podría ayudar a los médicos a reconocer este problema y abordarlo de manera oportuna. Además, un diagnóstico temprano, tratamiento temprano y entrenamiento de rehabilitación activa podrían reducir la discapacidad y la probabilidad de DS, lo que llevaría a una mejor calidad de vida.

Dr. Carlos Navas 
Neurologia Bogota 
Neurologo Enfermedad Desmielinizante

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10 de noviembre de 2019

Exposición a solventes orgánicos como factor de riesgo de Esclerosis Múltiple: una revisión actualizada

https://study.com/academy/lesson/organic-solvent-definition-list.html 
La  Esclerosis Múltiple, una enfermedad cronica: neurodegenerativa e inflamatoria con etiologia que compromete la predisposicion genetica y factores ambientales . 
La predisposicion genetica solo explica una fraccion del aumento del riesgo, encontrando las asociaciones genéticas más fuertes con la Esclerosis Múltiple se encuentran dentro del complejo antígeno leucocitario humano (HLA). El alelo HLA-DRB1 * 15 proporciona un mayor riesgo de Esclerosis Múltiple con una razón de posibilidades (OR) de aproximadamente 3, mientras que el alelo HLA-A * 02 del locus HLA-A ejerce un efecto protector con un OR de aproximadamente 0.5. (Moutsianas L. et al. Nature Genetics 2015Link J. et al. PloS One 2012. Los estudios basados en  población recientemente publicados dan tasas de concordancia de aproximadamente el 17% para gemelos monocigóticos en comparación con aproximadamente el 2% para gemelos dicigóticos y hermanos en general, en comparación con la población general en el norte de Europa con una prevalencia de aproximadamente 0.2% (Westerlind H. et al. Brain 2014O´Gorman C. et al.  Neuroepidemiology 2013).  
Estos datos sugieren  por un papel esencial de las exposiciones ambientales en la determinación del riesgo de enfermedad.
El estilo de vida y los factores ambientales influyen en el riesgo de Esclerosis Múltiple (EM), estos factores se han caracterizado durante varios años con estudios, logrando la identificacion actual de varios de ellos, entre los que se incluye: infección por el virus de Epstein-Barr (Guan Y. et al. Neural Regen Res 2019,  Moreno A et al. Neurol Neuroimmunol Neuroinflamm. 2018), niveles  de vitamina D3 (Smolders J. et al. CNS Drugs 2019Sintzel M. et al. Neurol Ther 2018Munger K. et al. Neurology 2017), obesidad adolescente (Huppke B et al. JAMA Neurol 2019Munger KL, et al. Neurology 2009Liu Z,et al. Neuroepidemiology 2016Munger KL, et al. Mult Scler 2013),  y tabaquismo ( Zhang P, et al. PeerJ 2016Poorolajal J, et al. J Public Health (Oxf) 2017Degelman ML, et al. Mult Scler Relat Disord 2017).
En 2015, Belbasis L ,et al. Lancet Neurology , mostro la fuerte asociacion con el virus Epstein Barr , mononucleosis infecciosa y tabaquismo , su grupo  examinaron 44 metaanálisis únicos que incluyen 416 estudios primarios de diferentes factores de riesgo y Esclerosis Múltiple, que cubrian una amplia gama de factores de riesgo: vacunas, comorbilidades, cirugías, eventos traumáticos y accidentes, exposición a agentes ambientales y bioquímicos, infecciosos y biomarcadores musculoesqueléticos. 23 de 44 metanálisis tuvieron resultados que fueron significativos con valores de p menores de < 0.05 y 11 con valores de p menores de < 0.001 bajo el modelo de efectos aleatorios. Solo tres de los 11 metanálisis significativos (p < 0.001) incluyeron más de 1000 casos, tuvieron intervalos de predicción del 95% excluyendo el valor nulo y no sugirieron una gran heterogeneidad (I2 < 50%), efectos de estudios pequeños ( p para la prueba de Egger > 0.10), o exceso de significancia (p > 0.05). Estas fueron la seropositividad de IgG al antígeno nuclear del virus de Epstein-Barr (EBNA) (odds ratio de efectos aleatorios [OR] 4.46, IC 95% CI 3.26–6.09; p para el tamaño del efecto= 1.5 x 10–19I2 = 43%), mononucleosis infecciosa (2.17, CI 1.97–2 .39; p = 3.1 x 10–50I2 = 0%), y fumar (1.52,  CI 1.39–1.66; p = 1.7 × 10–18I2 = 0%).

A principios de la década de 1990, el tema de la exposición a solventes orgánicos como un factor de riesgo para la Esclerosis Múltiple fue destacado y analizado a fondo con un metaanalisis  Landtblom en Epidemiology 1996 : sobre la exposición a solventes orgánicos que contenía todos los estudios epidemiológicos existentes en ese momento (es decir, hasta 1996) fue una de las primeros articulos, destacando el riesgo de  el panorama de riesgo con la Esclerosis Multiple. Este metanálisis demostró claramente un riesgo excesivo de exposición al solvente y de hecho, sugirió duplicar el riesgo, revisado en  Neurology 1997.
El primer estudio epidemiológico sobre este tema atrajo mucho interés, mostrando un cociente de probabilidades de casi 5. Fue publicado en 1982 por Amaducci sobre trabajadores del calzado y el cuero en Florencia, Italia. Acta Neurol Scand 1982

Hedstroms AK et al. Neurology 2018, (revision en este blog 2018 link), observó una asociación significativa entre la exposición a disolventes orgánicos y un mayor riesgo de desarrollar Esclerosis Múltiple (ajustado a 1,5, IC del 95%: 1,2 a 1,8, p = 0,0004). Hubo tendencias estadísticamente significativas que muestran un aumento del riesgo de Esclerosis Múltiple con una duración de la exposición creciente (p = 0,04) y horas totales de exposición (p = 0,001).
Los participantes expuestos al tabaquismo y solventes orgánicos que portan HLA-DRB1 * 15 y que carecen de HLA-A * 02 tuvieron un riesgo 30 veces mayor de desarrollar Esclerosis Múltiple en comparación con participantes no expuestos sin los factores de riesgo genéticos (OR 30.3, IC 95% 11.7-78.3).

Actualmente, la exposición a solventes es poco frecuente en muchos países, debido a las regulaciones higiénicas, sin embargo, en algunas partes del mundo, la exposición a solventes sigue siendo un problema de salud publica y puede desempeñar un papel como factor de riesgo en el incremento del riesgo de Esclerosis Multiple.
En el siguiente articulo se realiza una revision de este tema.

Rev Neurol (Paris). 2019 Oct 29. pii: S0035-3787(19)30597-1. doi: 10.1016/j.neurol.2019.07.014. [Epub ahead of print]

Organic solvent exposure as a risk factor for multiple sclerosis: An updated review.

Abstract
Landtblom AM, Kristoffersson A, Boström I.
Organic solvents exposure has for a long time been suspected as a risk factor for developing multiple sclerosis. The evidence, containing case reports, case-control studies and cohort studies has been contradictory. An early meta-analysis, however, pointed to a doubled risk for MS. Recent major case-control studies confirm this, but also have elucidated the risk pattern, being dependent on another risk factor, i.e. smoking.

Rev Neurol (Paris). 2019 Oct 29. pii: S0035-3787(19)30597-1. doi: 10.1016/j.neurol.2019.07.014. [Epub ahead of print]

Exposición a solventes orgánicos como factor de riesgo de Esclerosis Múltiple: una revisión actualizada.

Landtblom AM, Kristoffersson A, Boström I

Resumen
Se ha sospechado durante mucho tiempo que la exposición a solventes orgánicos es un factor de riesgo para desarrollar Esclerosis Múltiple. La evidencia, que contiene informes de casos, estudios de casos y controles y estudios de cohortes, ha sido contradictoria. Sin embargo, un metaanálisis temprano señaló un riesgo duplicado para la EM. Estudios recientes de casos y controles lo confirman, pero también han aclarado el patrón de riesgo, ya que dependen de otro factor de riesgo, es decir, fumar.


Dr. Carlos Navas 
Neurologia Bogota 
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3 de noviembre de 2019

Mielitis anti MOG vs AQP4 : diferencias en resultados clínicos

Esta semana, un articulo sobre los resultados clínicos posterior a mielitis asociada a Anti-MOG y finalizando el concepto de la EMA  sobre Alemtuzumab.

La mielitis transversa es un trastorno neurológico poco frecuente  de la médula espinal que es originado por la inflamación y puede tener efectos neurológicos devastadores donde  dos tercios de los pacientes pueden llegar a presentar  un grado moderado a severo de discapacidad residual. Los síntomas generalmente se desarrollan durante horas o días y luego empeoran en cuestión de días a semanas. Los pacientes pueden presentar alteraciones sensoriales, debilidad y disfunción autonómica, incluidos problemas intestinales y de vejiga, disregulación de la temperatura o incluso episodios de hipertensión arterial seguidos de hipotension (disautonomia).
La mielitis transversa se presenta en una variedad de etiologias; episodios únicos o recurrentes pueden resultar en una dependencia permanente de la silla de ruedas. Greenberg BM. Continuum (Minneap Minn). 2011   describio  que el 70% de los pacientes remitidos a un centro de referencia terciario con diagnóstico de mielitis transversa idiopática tenían una etiología específica para su mielopatía, lo que destaca que las causas de mielitis transversa son poco reconocidas entre la comunidad de neurología. El descubrimiento de los biomarcadores de diagnóstico séricos, el autoanticuerpo de aquaporina-4 (AQP4-IgG) dirigido a los astrocitos y el autoanticuerpo de glucoproteína de oligodendrocitos de mielina (MOG-IgG) dirigido a los oligodendrocitos dirigidos ha ayudado a clasificar a los pacientes con mielitis transversa idiopática en una categoría de enfermedad específica. El diagnóstico preciso de estos trastornos tiene importantes implicaciones para el tratamiento y el pronóstico. Las características clínicas, radiológicas y pronósticas de la mielitis seropositiva para AQP4-IgG han sido bien caracterizadas, pero la información sobre las características que acompañan a la mielitis asociada con MOG-IgG es mucho más limitada. Los informes anteriores sugieren que los pacientes con MOG-IgG pueden tener un curso monofásico o recidivante y que la mielitis puede ocurrir de forma aislada, como un componente de la encefalomielitis diseminada aguda (ADEM) o simultáneamente con neuritis óptica. La evidencia acumulada sugiere que la detección de MOG-IgG define un síndrome clínico distinto de la Esclerosis Múltiple (EM) y del desorden  del espectro óptico de neuromielitis seropositiva AQP4-IgG.

En el siguiente estudio, se describen las características demográficas, presentación y caracteristicas clinicas ,  paraclínicos y  resultados en esta  cohorte de pacientes adultos con  mielitis transversa  seropositivos para  MOG-Ab en suero, comparando estos resultados con los de pacientes adultos con mielitis y AQP4-Ab. En particular, evaluaron las características del episodio mielitis transversa  para detectar factores asociados  recaida y mal pronostico.

JAMA Netw Open. 2019 Oct 2;2(10):e1912732. doi: 10.1001/jamanetworkopen.2019.12732.

Comparison of Clinical Outcomes of Transverse Myelitis Among Adults with Myelin Oligodendrocyte Glycoprotein Antibody vs Aquaporin-4 Antibody Disease.

Mariano R, Messina S, Kumar K, Kuker W, Leite MI, Palace J.

Abstract

IMPORTANCE: 

Recognizing the differences between transverse myelitis (TM) associated with myelin oligodendrocyte glycoprotein (MOG) antibody (Ab) disease vs aquaporin-4 (AQP4)-Ab disease and prognosticating patients within each group may be an important factor for better clinical treatment for these respective patients.

OBJECTIVES: 

To compare the clinical and radiological findings of the first TM episode in patients with MOG-Ab disease vs patients with AQP4-Ab disease and to assess factors associated with worse outcomes and relapse risk.

DESIGN, SETTING, AND PARTICIPANTS: 

This retrospective cross-sectional study used data collected from the Oxford Neuromyelitis Optica Service database, a national service that serves the south of England, including detailed clinical data, and high-quality imaging from within 4 weeks of the first TM episode from patients with MOG-Ab disease or AQP4-Ab disease and a confirmed history of TM from April 2018 to January 2019. Data analyses were conducted from February 2019 to April 2019.

MAIN OUTCOMES AND MEASURES: 

Onset features of each condition measured using the Expanded Disability Status Scale (EDSS) score, time to an EDSS score of 6, time to relapse, and residual sphincter dysfunction at least 6 months after the first TM episode and at last follow-up.

RESULTS: 

The total cohort included 115 adult patients, including 46 patients with MOG-Ab disease and 69 patients with AQP4-Ab disease. Patients with AQP4-Ab disease, compared with patients with MOG-Ab disease, tended to be older at onset of disease (mean [SD] age, 48.5 [14.9] years vs 33.7 [1.2] years) and female (57 [83%] women vs 24 [52%] women). Transverse myelitis occurred at onset of disease for 32 patients (70%) with MOG-Ab disease and 57 patients (78%) with AQP4-Ab disease. Onset severity did not differ between groups. An acute disseminated encephalomyelitis-like presentation occurred at the time of the TM in 4 patients (9%) with MOG-Ab disease but no patients with AQP4-Ab disease. Compared with patients with AQP4-Ab disease, patients with MOG-Ab disease were more likely to have short cord lesions (22 patients [48%] vs 10 patients [15%]; P < .001) and multiple cord lesions (18 patients [39%] vs 7 patients [10%]; P < .001). Approximately 50% of patients with MOG-Ab disease had only short cord lesions when the TM occurred as a relapse. Median (range) recovery EDSS score was lower in patients with MOG-Ab disease than patients with AQP4-Ab disease (1.8 [1.0-8.0] vs 3.0 [1.0-8.0]). Persistent bladder dysfunction associated with an increased prevalence of conus lesions occurred more frequently in patients with MOG-Ab disease than in patients with AQP4-Ab disease (27 patients [59%] vs 33 patients [48%]). Long-term catheter requirement was roughly equal between groups (9 patients [20%] vs 16 patients [23%]). Relapses after TM occurred in 17 patients with MOG-Ab disease (37%) and 36 patients with AQP4-Ab disease (52%). Concomitant brainstem lesions in patients with MOG-Ab disease were associated with a higher mean (SD) EDSS score at recovery (3.5 [2.3] vs 1.4 [0.9]; P < .001). In patients with AQP4-Ab disease, those younger than 50 years were more likely to relapse (27 of 36 patients aged ≥  50 years [75%] vs 9 of 33 patients aged ≥ 50 years [27%]; P .001) and those 50 years and older were more likely to reach an EDSS score of 6 (19 of 33 patients aged ≥ 50 years [58%] vs 11 of 36 patients aged ≥ 50 years [31%]; P = .03).

CONCLUSIONS AND RELEVANCE: 

This study found that in patients who experienced a TM episode, short and multiple lesions at onset were more common in those with MOG-Ab disease than among those with AQP4-Ab disease. The presence of a brainstem lesion at the time of a TM episode in patients with MOG-Ab disease was associated with a worse recovery. In patients with AQP4-Ab disease, those 50 years and older at disease onset had more disability, and those younger than 50 years at disease onset had more relapses.

JAMA Netw Open. 2019 Oct 2;2(10):e1912732. doi: 10.1001/jamanetworkopen.2019.12732.

Comparación de los resultados clínicos de la mielitis transversa entre adultos con anticuerpos contra la glucoproteína oligodendrocitos de mielina versus la enfermedad por anticuerpos contra la acuaporina-4.

Mariano R, Messina S, Kumar K, Kuker W, Leite MI, Palace J.

IMPORTANCIA:
Reconocer las diferencias entre la mielitis transversa (TM) asociada con la enfermedad de los anticuerpos contra la glucoproteína oligodendrocítica (MOG) de mielina frente a la enfermedad de aquaporina-4 (AQP4) -Ab y el pronóstico de los pacientes dentro de cada grupo puede ser un factor importante para un mejor tratamiento clínico para estos respectivos pacientes
OBJETIVOS
Comparar los hallazgos clínicos y radiológicos del primer episodio de mielitis transversa en pacientes con enfermedad de MOG-Ab versus pacientes con enfermedad de AQP4-Ab y evaluar los factores asociados con peores resultados y riesgo de recaída.
DISEÑO, AJUSTE Y PARTICIPANTES:
Este estudio transversal retrospectivo utilizó datos recopilados de la base de datos del Servicio de Neuromielitis Óptica de Oxford, un servicio nacional que presta servicios en el sur de Inglaterra, que incluye datos clínicos detallados e imágenes de alta calidad de las 4 semanas posteriores al primer episodio de mielitis transversa de pacientes con MOG -Ab o AQP4-Ab y un historial confirmado de mielitis transversa desde abril de 2018 hasta enero de 2019. Los análisis de datos se realizaron desde febrero de 2019 hasta abril de 2019.
PRINCIPALES RESULTADOS Y MEDIDAS:
Las características de inicio de cada afección se miden utilizando la puntuación de la Escala de estado de discapacidad expandida (EDSS), el tiempo hasta una puntuación de EDSS de 6, el tiempo hasta la recaída y la disfunción residual del esfínter al menos 6 meses después del primer episodio de mielitis transversa y en el último seguimiento.
RESULTADOS
La cohorte total incluyó 115 pacientes adultos, incluidos 46 pacientes con enfermedad de MOG-Ab y 69 pacientes con enfermedad de AQP4-Ab. Los pacientes con enfermedad de AQP4-Ab, en comparación con los pacientes con enfermedad de MOG-Ab, tendían a ser mayores al inicio de la enfermedad (edad media , 48,5 [14,9] años frente a 33,7 [1,2] años) y mujeres (57 [83% ] mujeres vs 24 [52%] mujeres). La mielitis transversa ocurrió al inicio de la enfermedad en 32 pacientes (70%) con enfermedad de MOG-Ab y 57 pacientes (78%) con enfermedad de AQP4-Ab. La severidad del inicio no difirió entre los grupos. Una presentación similar a la encefalomielitis aguda diseminada ocurrió en el momento de la mielitis transversa en 4 pacientes (9%) con enfermedad de MOG-Ab pero no en pacientes con enfermedad de AQP4-Ab. En comparación con los pacientes con enfermedad de AQP4-Ab, los pacientes con enfermedad de MOG-Ab tenían más probabilidades de tener lesiones de cortas de  cordón (22 pacientes [48%] frente a 10 pacientes [15%]; P < 0,001) y múltiples lesiones de cordón (18 pacientes [39%] vs 7 pacientes [10%]; P < 0.001). Aproximadamente el 50% de los pacientes con enfermedad de MOG-Ab tenían solo lesiones cortas de cordon cuando la mielitis transversa ocurría como una recaída. La mediana (rango) de recuperación de la puntuación EDSS fue menor en pacientes con enfermedad de MOG-Ab que en pacientes con enfermedad de AQP4-Ab (1.8 [1.0-8.0] vs 3.0 [1.0-8.0]). La disfunción vesical persistente asociada con una mayor prevalencia de lesiones conus ocurrió con mayor frecuencia en pacientes con enfermedad de MOG-Ab que en pacientes con enfermedad de AQP4-Ab (27 pacientes [59%] frente a 33 pacientes [48%]). El requisito de catéter a largo plazo fue aproximadamente igual entre los grupos (9 pacientes [20%] frente a 16 pacientes [23%]). Las recaídas después de mielitis transversa ocurrieron en 17 pacientes con enfermedad de MOG-Ab (37%) y 36 pacientes con enfermedad de AQP4-Ab (52%). Las lesiones concomitantes del tronco encefálico en pacientes con enfermedad de MOG-Ab se asociaron con una puntuación EDSS media (SD) más alta en la recuperación (3.5 [2.3] frente a 1.4 [0.9]; P < .001). En pacientes con enfermedad de AQP4-Ab, los menores de 50 años tenían más probabilidades de recaída (27 de 36 pacientes de ≥ 50 años [75%] frente a 9 de 33 pacientes de ≥ 50 años [27%]; P < 001) y aquellos de 50 años y mayores tenían más probabilidades de alcanzar una puntuación EDSS de 6 (19 de 33 pacientes de edad ≥ 50 años [58%] frente a 11 de 36 pacientes de edad ≥ ; 50 años [31%]; P = .03).
CONCLUSIONES Y PERTINENCIA:
Este estudio encontró que en los pacientes que experimentaron un episodio de mielitis transversa, las lesiones cortas y múltiples al inicio fueron más comunes en aquellos con enfermedad de MOG-Ab que en aquellos con enfermedad de AQP4-Ab. La presencia de una lesión del tronco encefálico en el momento de un episodio de mielitis transversa en pacientes con enfermedad de MOG-Ab se asoció con una peor recuperación. En los pacientes de 50 años o mayores  con enfermedad de AQP4-Ab, al inicio de la enfermedad tenían más discapacidad, y los menores de 50 años al inicio de la enfermedad tenían más recaídas.
Características demográficas:
La mediana de la duración de la enfermedad (rango), definida como el tiempo desde el primer episodio de mielitis transversa hasta la última visita clínica en la que se pudo verificar su condición, fue mayor en pacientes con enfermedad AQP4-Ab (81.9 [3.9-297.3] meses) que en pacientes con enfermedad MOG-Ab (28.5 [3.5-399.0] meses). En ambos grupos, fue más común que el primer episodio de mielitis transversa ocurriera al inicio de la enfermedad (32 pacientes con enfermedad de MOG-Ab [70%]; 54 pacientes con enfermedad de AQP4-Ab [78%]).
Presentación clínica y características basales de primera mielitis transversa
La frecuencia de los síntomas motores y sensoriales y la afectación del esfínter en el nadir no fueron significativamente diferentes. Los pacientes con enfermedad de AQP4-Ab tenían más probabilidades de tener dolor neuropático (más comúnmente dolor de espalda) al inicio que aquellos con enfermedad de MOG-Ab (20 pacientes [29%] frente a 6 pacientes [13%]; P = 0,04). 
Los pacientes con enfermedad de MOG-Ab tenían más probabilidades de tener neuritis optica concurrente con el primer episodio de mielitis transversa que los pacientes con enfermedad de AQP4-Ab (12 pacientes [26%] frente a 2 pacientes [3%]).
La puntuación media (DE) EDSS en el punto más bajo no fue significativamente diferente entre los grupos (MOG-Ab: 5.8 [2.1]; AQP4-Ab: 6.5 [2.0]), independientemente de si el primer episodio de mielitis transversa ocurrió al inicio de la enfermedad o como una recaída.
Entre los pacientes con lesiones del tronco encefálico, 6 de 11 pacientes (55%) con enfermedad MOG-Ab y 8 de 11 pacientes (73%) con enfermedad AQP4-Ab tenían lesiones sintomáticas, pero también ocurrieron lesiones asintomáticas del tronco encefálico. En pacientes con enfermedad AQP4-Ab, los síntomas predominantes de afectación del tronco encefálico incluyeron náuseas, vómitos e hipo. Otros síntomas experimentados fueron vértigo y disfagia; y 2 pacientes con lesiones cervicales altas contiguas a lesiones medulares requirieron soporte ventilatorio. En pacientes con enfermedad de MOG-Ab, los síntomas bulbares fueron los más comúnmente reportados, y no hubo informes de vómitos o hipo. Cuatro pacientes con enfermedad de MOG-Ab presentaron lesiones del tronco encefálico en el contexto de una presentación similar a ADEM.
Características de la resonancia magnética de la médula espinal en las 4 semanas posteriores al inicio de los síntomas
Se produjeron lesiones cortas ( ≥ 3 niveles vertebrales) sin lesión larga concomitante en 11 pacientes (24%) con enfermedad de MOG-Ab y 8 pacientes (12%) con enfermedad de AQP4-Ab.
La presencia de lesiones cortas fue particularmente prevalente en pacientes con enfermedad de MOG-Ab cuyo primer episodio de mielitis transversa ocurrió como una recaída y no al inicio; El 50% de estos pacientes tenían solo lesiones cortas (7 de 14 pacientes) en comparación con el 13% de aquellos cuyo episodio mielitis transversa ocurrió al inicio de la enfermedad (4 de 32 pacientes). Este patrón no ocurrió en el grupo AQP4-Ab; la distribución de lesiones cortas fue del 13% entre los pacientes que experimentaron el primer episodio de mielitis transversa al inicio de la enfermedad (7 de 54 pacientes) y del 7% entre los pacientes que experimentaron el primer episodio de mielitis transversa en la recaída (1 de 15 pacientes). Además, 11 pacientes (24%) con enfermedad de MOG-Ab presentaron mielitis transversa longitudinalmente extensa (LETM), definido como una lesión de 3 o más niveles vertebrales, con lesiones cortas adicionales, mientras que esto ocurrió en solo 2 pacientes (3%) con enfermedad AQP4-Ab.
En comparación con los pacientes con enfermedad de AQP4-Ab, los pacientes con enfermedad de MOG-Ab tenían más probabilidades de tener lesiones múltiples (18 pacientes [39%] frente a 7 pacientes [10%]; P .001) y afectación del cono (18 pacientes [39%] frente a 8 pacientes [12%];
< .001). Entre 40 pacientes para los que se disponía de datos de IRM axial, no encontramos diferencias estadísticamente significativas en la ubicación axial, y las lesiones centrales fueron las lesiones más comunes en ambos grupos (12 de 16 pacientes [75%] con enfermedad MOG-Ab; 17 de 24 pacientes [71%] con enfermedad AQP4-Ab).
Imagen cerebral
Los pacientes con enfermedad de MOG-Ab eran más propensos que los pacientes con enfermedad de AQP4-Ab a tener lesiones de sustancia blanca en la resonancia magnética cerebral (24 pacientes [53%] frente a 14 pacientes [23%]; p < 0,001).
En el grupo total de MOG-Ab, 20 pacientes (44%) tenían lesiones similares a ADEM en el cerebro.
Imágenes del tronco encefálico
La presencia de lesiones asociadas del tronco encefálico no fue significativamente diferente entre los grupos. Sin embargo, cuando se produjo una lesión asociada del tronco encefálico en el momento de una mielitis transversa, fue más contigua a la lesión del cordón en pacientes con enfermedad AQP4-Ab que en pacientes con enfermedad MOG-Ab (8 pacientes [72%] frente a 3 pacientes [27 %]; P = .08).
Características del líquido cefalorraquídeo
De 62 muestras de líquido cefalorraquídeo disponibles (25 del grupo MOG-Ab y 37 del grupo AQP4-Ab), no hubo diferencias significativas en los hallazgos del líquido cefalorraquídeo entre los 2 grupos.
Las pruebas de bandas oligoclonales fueron positivas para 5 pacientes (20%) con enfermedad de MOG-Ab y 6 pacientes (17%) con enfermedad de AQP4-Ab.
Recuperación del primer episodio de TM entre pacientes con un solo episodio de TM y sin recaída durante al menos 1 año
La mediana (rango) del puntaje EDSS de recuperación fue significativamente menor en pacientes con enfermedad de MOG-Ab en comparación con pacientes con enfermedad de AQP4-Ab (1.8 [1.0-8.0] vs 3.0 [1.0-8.0]; P < .001). A pesar de los mejores resultados motores entre los pacientes con enfermedad de MOG-Ab, la disfunción vesical persistente (p. Ej., urgencia, incontinencia, infecciones frecuentes del tracto urinario) fue más prevalente.
Entre los hombres, la disfunción eréctil se produjo con mayor frecuencia en pacientes con enfermedad de MOG-Ab que en aquellos con enfermedad de AQP4-Ab (6 pacientes [46%] frente a 2 pacientes [29%];.001
Recaídas
En 14 pacientes (30%) con enfermedad de MOG-Ab y 15 pacientes (22%) con enfermedad de AQP4-Ab, el índice mielitis transversaocurrió después de 1 o más episodios anteriores no TM. Diecisiete pacientes (37%) con enfermedad de MOG-Ab y 36 pacientes (52%) con enfermedad de AQP4-Ab tuvieron una recaída después del primer episodio de mielitis transversa; los tiempos de seguimiento fueron comparables entre los grupos.
Entre los pacientes con enfermedad de MOG-Ab, 9 (53%) recayeron con ON después de un episodio de mielitis transversa, 3 (18%) recayeron con neuritis optica y mielitis transversa, 2 (12%) experimentaron otro episodio de mielitis transversa y 3 (18%) experimentaron tronco cerebral o manifestaciones cerebrales en la recaída. Entre los pacientes con enfermedad de AQP4-Ab, 25 (69%) recayeron con otro episodio de mielitis transversa, 7 (19%) recayeron con neuritis optica y mielitis transversa, 3 (8%) recayeron con neuritis optica y 1 (3%) experimentaron manifestaciones del tronco encefálico en recaída. Esto también fue estadísticamente significativamente diferente al comparar los 2 grupos (P .001).
En pacientes con enfermedad AQP4-Ab, la edad se asoció con riesgo de recaída, con pacientes más jóvenes más expuestos (odds ratio, 0.94 [IC 95%, 0.88-0.98]; P < .001). La duración de la enfermedad también se asoció con el riesgo de recaída (odds ratio, 1.02 [IC 95%, 1.01-1.04]; P = .02). No hubo asociaciones de tratamiento, sexo o gravedad de inicio con riesgo de recaída.
Discapacidad
En pacientes con enfermedad de AQP4-Ab, los factores asociados con la puntuación EDSS en el análisis univariado fueron la edad y la gravedad del episodio de inicio, y conservaron significado estadístico en un análisis multivariado (R2 = 0,67; P = 0,003). En un análisis de supervivencia con los 2 grupos de edad, el grupo más joven, aunque más propenso a recaer, fue menos propenso a alcanzar una puntuación EDSS de 6 (log-rank: P .001).
En comparación con los pacientes con enfermedad de MOG-Ab, más pacientes con enfermedad de AQP4-Ab alcanzaron una puntuación EDSS de 6 después de su primer episodio de mielitis transversa (3 pacientes [7%] frente a 30 pacientes [44%]; P < .001).
Entre los pacientes con enfermedad de MOG-Ab, una puntuación más alta de EDSS se asoció con la presencia de una lesión del tronco encefálico, ya sea sintomática o asintomática (R2 = 0.34; P < .001).
Disfunción del esfínter a largo plazo
No hubo diferencias significativas entre los pacientes con enfermedad de MOG-Ab y los pacientes con enfermedad de AQP4-Ab en la disfunción del esfínter residual (27 pacientes [59%] con enfermedad de MOG-Ab vs 33 pacientes [48%] con enfermedad de AQP4-Ab) o en la necesidad de cateterismo a largo plazo (9 pacientes [20%] con enfermedad de MOG-Ab versus 16 pacientes [23%] con enfermedad de AQP4-Ab).
Entre los pacientes con enfermedad de MOG-Ab, el factor asociado con la necesidad de cateterismo a largo plazo fue la presencia de una lesión conus (R2 = 0.33; P = .002). La necesidad de cateterización a largo plazo no se asoció con la gravedad del episodio o la puntuación EDSS en el último seguimiento.
MRI de seguimiento
Entre 67 pacientes con resultados de seguimiento de MRI fuera de una recaída aguda, hubo 26 pacientes (57%) con enfermedad de MOG-Ab y 41 pacientes (59%) con enfermedad de AQP4-Ab. Estas exploraciones se realizaron al menos 6 meses después de una recaída aguda. La resolución completa de anormalidades en los hallazgos de MRI, sin atrofia, ocurrió en 16 pacientes (62%) con enfermedad de MOG-Ab y 7 pacientes (17%) con enfermedad de AQP4-Ab (P <.001).

Finalizando el concepto reciente que estaba pendiente por parte de EMA sobre Alemtuzumab:
El Comité de Evaluación de Riesgos de Farmacovigilancia (PRAC) de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha recomendado restricciones en el uso de Lemtrada (alemtuzumab) en pacientes con Esclerosis Múltiple remitente recurrente (EMRR). Las recomendaciones se basan en los resultados de una reciente revisión de seguridad en la que se revisaron los informes de eventos adversos raros pero graves, a veces fatales.

Las reacciones adversas informadas incluyen enfermedades inmunomediadas, así como eventos cardiovasculares graves y accidentes cerebrovasculares que pueden ocurrir durante o pocos días después de la infusión de Lemtrada. En contraste, las enfermedades inmunomediadas tienen latencia después de la infusión con Lemtrada.

Por lo tanto, el PRAC ha recomendado restringir el uso de Lemtrada a
  • pacientes adultos con Esclerosis Múltiple remitente recurrente que es altamente activa a pesar del tratamiento adecuado con al menos una terapia de modificación de la enfermedad o
  • pacientes en los que la enfermedad empeora rápidamente, definido por dos o más recaídas de progresión de la discapacidad en un año, y con o más lesiones enriquecedoras de gadolinio en la resonancia magnética del cerebro o con un aumento significativo en las lesiones T2 en comparación con la resonancia magnética reciente.
Además, Lemtrada ya no debe usarse en pacientes con ciertos trastornos cardíacos, circulatorios o hemorrágicos, o en pacientes con trastornos autoinmunes distintos de la Esclerosis Múltiple.

El PRAC ha recomendado nuevas medidas para identificar y tratar con prontitud los efectos adversos que pueden ocurrir después del tratamiento con Lemtrada. Debe administrarse en un hospital con fácil acceso a centros de cuidados intensivos y especialistas que puedan manejar reacciones adversas graves.

Además, el PRAC ha recomendado actualizar la guía del médico y el paquete de información del paciente con consejos para minimizar el riesgo de trastornos cardíacos, circulatorios y hemorrágicos graves que pueden ocurrir poco después de la infusión (goteo), así como condiciones autoinmunes que pueden ocurrir muchos meses después El último tratamiento de Lemtrada.

Las nuevas recomendaciones reemplazan las medidas temporales emitidas en abril de 2019 mientras la revisión del PRAC estaba en curso.

Dr. Carlos Navas 
Neurologia Bogota 
Neurologo Enfermedad Desmielinizante



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