1 de abril de 2017

Cerebrospinal fluid (CSF)–brain interfaces and Neuromyelitis Optica / interfase Barrera Hematoencefalica y Neuromielitis Optica



The Blood Brain Barrier and Astrocytes type 1Ben Brahim Mohammed - Own work

Pathogenic implications of cerebrospinal fluid barrier pathology in neuromyelitis optica.

Guo Y, Weigand SD, Popescu BF, Lennon VA, Parisi JE, Pittock SJ, Parks NE, Clardy SL, Howe CL, Lucchinetti CF.

 2017 Apr;133(4):597-612. doi: 10.1007/s00401-017-1682-1. Epub 2017 Feb 9.


Neuromyelitis optica (NMO) is a disabling autoimmune astrocytopathy characterized by typically severe and recurrent attacks of optic neuritis and longitudinally-extensive myelitis.
Pathological studies demonstrated that astrocytes were selectively targeted in NMO as evidenced by the extensive loss of immunoreactivities for the astrocytic proteins, AQP4 and glial fibrillary acidic protein (GFAP), as well as perivascular deposition of immunoglobulins and activation of complement even within lesions with a relative preservation of myelin
The working hypothesis for NMO pathogenesis involves entry of AQP4-IgG into the CNS and binding to AQP4 on perivascular astrocyte endfeet, which causes activation of the classical complement cascade with an inflammatory response that leads to marked granulocyte and macrophage infiltration, causing secondary oligodendrocyte damage, demyelination and neuronal death.
The events initiating AQP4-IgG production and its access to the CNS remain unclear.
In this work, they evaluated AQP4 expression, microglial reactivity, and complement deposition at pial and ependymal surfaces and in the fourth ventricle choroid plexus in 23 autopsy cases with clinically and/or pathologically confirmed NMO or NMO spectrum disorder. These findings were compared to five cases with multiple sclerosis, five cases of choroid plexus papilloma, and five control cases without central nervous system disease. In the NMO cases, AQP4 immunoreactivity was reduced relative to control levels in the pia (91%; 21/23), ependymal (56%; 9/16), and choroid plexus epithelium (100%; 12/12). AQP4 immunoreactivity was normal in MS cases in these regions. Compared to MS, NMO cases also showed a focal pattern of pial and ependymal complement deposition and more pronounced microglial reactivity. In addition, AQP4 loss, microglial reactivity, and complement deposition colocalized along the pia and ependyma only in NMO cases. Within the choroid plexus, AQP4 loss was coincident with C9neo immunoreactivity on epithelial cell mem- branes only in NMO cases. These observations demonstrate that NMO immunopathology extends beyond perivascular astrocytic foot processes to include the pia, ependyma, and choroid plexus, suggesting that NMO IgG-induced pathological alterations at CSF–brain and blood–CSF interfaces may contribute to the occurrence of ventriculitis, leptomeningitis, and hydrocephalus observed among NMO patients. Moreover, disruption of the blood–CSF barrier induced by binding of NMO IgG to AQP4 on the basolateral surface of choroid plexus epithelial cells may provide a unique portal for entry of the pathogenic antibody into the central nervous system.
They finding , suggest a possible pathogenic role for NMO IgG in the CSF. NMO IgG is detected in CSF and levels are predicted by recent relapse and high serum NMO IgG titer. Increased total CSF protein and elevated CSF lactate and albumin levels also correlate with NMO disease severity and acute relapse, suggesting a relationship between dysfunction at the blood–CSF barrier and disability and   support the CSF compartment as an important source of pathogenic NMO IgG. The cascades elicited by CSF NMO IgG likely include the direct induction of complement-mediated injury to CSF–brain interfaces and parenchymal astrocytes, as well as the initiation of self-amplifying astrocytic stress responses.
In NMO, this suggests that loss of AQP4-expressing cells or loss of AQP4 expression at the CSF–brain barrier in the ependyma or pial glia limitans will reduce the capacity to remove water from the parenchyma, facilitating edema. Indeed, evidence of extensive T2-weighted MRI hyperintensities in subcortical white matter coupled to an absence of gadolinium enhancement by T1 MRI and an increase in the apparent diffusion coefficient indicates the presence of pseudo-vasogenic interstitial edema in NMO.
They provide evidence that the interfaces between blood and CSF and between CSF and brain are key sites for the initiation of NMO pathophysiology. Furthermore, the pathology at these sites may have important implications for disease evolution in NMO patients, including serving as the possible point at which serum NMO IgG enters the CNS and gains broad access to the brain parenchyma.
Comparison of pathology at CSF–brain and blood–CSF interfaces

The NMO is an “AQP4- opathy” with pathological targets beyond the astrocyte and provide insight into recent reports of edema and hydrocephalus in NMO patients that may suggest a unique model for CSF flow-dependent pathogenic events in this disease.

Implicaciones fisiopatogenicas de la barrera del líquido cefalorraquídeo en la Neuromielitis óptica.

Guo Y, Weigand SD, Popescu BF, Lennon VA, Parisi JE, Pittock SJ, Parks NE, Clardy SL, Howe CL, Lucchinetti CF.

 2017 Apr;133(4):597-612. doi: 10.1007/s00401-017-1682-1. Epub 2017 Feb 9.
La Neuromielitis óptica (NMO) es una astropatía autoinmune , caracterizada por ataques típicamente severos y recurrentes de neuritis óptica y mielitis longitudinalmente extensa.
Los estudios patológicos  han demostraron que los astrocitos son  selectivamente atacados en NMO, como lo demuestra la extensa pérdida de inmunoreactividades de las proteínas astrocíticas, AQP4 y proteína fibrilar gial (GFAP), así como el deposito  perivascular de inmunoglobulinas y la activación del complemento , adicionalmente predispocion de preservar la mielina.
Una  hipótesis d para la patogénesis de NMO implica la entrada de AQP4-IgG en el SNC y la unión a AQP4 en los extremos de astrocitos perivasculares, lo que provoca la activación de la cascada clásica del complemento con una respuesta inflamatoria que conduce a una gran infiltración de granulocitos y macrófagos, desmielinización y muerte neuronal.
Los eventos que inician la producción de AQP4-IgG y su acceso al SNC permanecen poco claros.
En este trabajo se evaluó la expresión de AQP4, la reactividad microglial y la deposición del complemento en las superficies pial y ependimal ,y  en el plexo coroideo del  cuarto ventrículo en  23 casos de autopsia con trastorno del espectro NMO o NMO clínicamente y / o patológicamente confirmado. Estos hallazgos se compararon con cinco casos con esclerosis múltiple, cinco casos de papiloma de plexo coroideo y cinco casos de control sin enfermedad del sistema nervioso central. En los casos de NMO, la inmunoreactividad de AQP4 se redujo en relación con los niveles de control en el epitelio epitelial pial (91%; 21/23), ependimario (56%; 9/16) y de plexo coroideo (100%; 12/12). La inmunoreactividad de AQP4 fue normal en los casos de EM en estas regiones. En comparación con la EM, los casos NMO también mostraron un patrón focal de deposito  del complemento pial y ependimario y una reactividad microglial más pronunciada. Además, la pérdida de AQP4, la reactividad microglial y  el deposito  del complemento colocalizaron a lo largo de la pia y del ependima, solamente en casos de NMO. Dentro del plexo coroideo, la pérdida de AQP4 era coincidente con la inmunoreactividad de C9neo en las membranas de células epiteliales solamente en los casos de NMO. Estas observaciones demuestran que la inmunopatología de la NMO se extiende más allá de los procesos del pie astrocítico perivascular para incluir pia, ependima y plexo coroideo, lo que sugiere que las alteraciones patológicas inducidas por IgG de NMO en las interfases CSF-cerebro y CSF pueden contribuir a la aparición de ventriculitis, leptomeningitis y la hidrocefalia observada entre los pacientes con NMO. Además, la interrupción de la barrera sanguínea-CSF inducida por la unión de IgG NMO a AQP4 sobre la superficie basolateral de las células epiteliales del plexo coroideo puede proporcionar un portal único para la entrada del anticuerpo patógeno en el sistema nervioso central.
Los autores sugieren un posible papel del epitope para NMO IgG en el LCR. NMO IgG se detecta en el LCR y los niveles se predicen por la recaída reciente y el alto título sérico de IgM NMO. El aumento de la proteína total del LCR y los niveles elevados de lactato y albúmina del LCR también se correlacionan con la gravedad de la enfermedad NMO y la recaída aguda, lo que sugiere una relación entre la disfunción en la barrera sangre-LCR y la discapacidad,  y respaldan el compartimiento LCR como fuente importante de la patogénesis de IgG NMO. La cascada  inflamtoria , provocada por CSF NMO IgG probablemente incluyen la inducción directa de la lesión mediada por el complemento a las interfases CSF-cerebro y los astrocitos parenquimatosos, así como la iniciación de respuestas de estrés astrocítico auto-amplificadoras. En la NMO, esto sugiere que la pérdida de células que expresan AQP4 o la pérdida de expresión de AQP4 en la barrera del cerebro-CSF en el ependima o pial glia reducirá la capacidad de eliminar el agua del parénquima, facilitando el edema.
Este trabajo  proporciona evidencia de que las interfaces entre la sangre y el LCR y entre el LCR y el cerebro son sitios claves para el inicio de la fisiopatología de la NMO. Además, la patología en estos sitios puede tener implicaciones importantes para la evolución de la enfermedad en pacientes con NMO, incluyendo servir como posible punto en el que la IgG NMO sérica ingresa al SNC y obtiene amplio acceso al parénquima cerebral.
El NMO es una "AQP4-patia “  con objetivos patológicos más allá del astrocito y proporciona información sobre los recientes informes de edema e hidrocefalia en pacientes con NMO que pueden sugerir un modelo único para los eventos patogénicos dependientes del flujo del LCR en esta enfermedad.