Varias revisiones han examinado el papel que tiene la dieta en el manejo de los síntomas de Esclerosis Multiple (EM) y la progresión de la enfermedad, dos revisiones sistemáticas (Farinotti M. Et al . Dietary interventions for multiple sclerosis. Cochrane Database Syst Rev. 2012 y. Bagur MJ, et al. Influence of diet in multiple sclerosis: a systematic review. Adv Nutr. 2017) mostraron que la evidencia de una dieta terapéutica para la EM es insuficiente y se necesita más investigación para evaluar la efectividad de las intervenciones dietéticas en la EM y recomendó que los pacientes con EM (pxEM) no debería centrarse en una dieta específica o una suplementación, sino más bien en los hábitos alimentarios saludables de acuerdo con las pautas nutricionales vigentes , el inconveniente es que la mayoria de los medicos no las conocen y algunas nutricionistas no las aplican . Una gran parte de pxEM están interesados en la intervención nutrional , como lo demuestra un estudio alemán que mostró que el 41% de los pxEM utilizan alguna intervención nutricional para la EM (Schwarz S, et al . Complementary and alternative medicine for multiple sclerosis. Mult Scler. 2008).
Se estima que hasta el 42% de los pxEM en los Estados Unidos (Brenton JN, Goldman MD. A study of dietary modification: perceptions and attitudes of patients with multiple sclerosis. Mult Scler Relat Disord. 2016; , Fitzgerald KC, et al. A survey of dietary characteristics in a large population of people with multiple sclerosis. Mult Scler Relat Disord. 2018) en Alemania [Riemann-Lorenz K, . Dietary interventions in multiple sclerosis: development and pilot-testing of an Evidence Based Patient Education Program. PLoS One. 2016 ), informan que hicieron cambios en la dieta después de ser diagnosticados, sin embargo, estos cambios no siempre están en línea con las recomendaciones y poco se sabe sobre las razones del cambio. Un 38% de pacientes con un primer evento clinico , informó haber realizado al menos un cambio en la dieta en el año posterior al diagnostico , siendo la mayoría cambios hacia una dieta más saludable. Russel RD et al. Reported Changes in Dietary Behavior Following a First Clinical Diagnosis of Central Nervous Systems Demyelination, Front Neurol 2018)
Desafortunadamente , los medicos no proveen la mejor informacion a los pacientes en el inicio de la enfermedad , al igual que una gran parte de nutricionistas que desconocen esta enfermedad , generando que los pxEM desestimen los consejos limitados brindados por su personal de salud , y que estos pacientes insatisfechos presenten mas probabilidades de tener conductas contrarias a las recomendadas que terminan afectando su salud . Ghafari et al. Patients’ experiences of adapting to multiple sclerosis: a qualitative study. Contemp Nurse. 2015.
Pese a esto , hay datos sobre como los factores de estilo de vida modificables, como la calidad de la dieta, tabaquismo , indice de masa corporal, ejercicio fisico , pueden afectar el curso de la enfermedad :
La presencia de obesidad durante la infancia y la adultez temprana parece estar asociada con un mayor riesgo de desarrollar EM (Gianfranceso Milena . Obesity and Multiple Sclerosis Susceptibility: A Review. J Neurol Neuromedicine 2016, Langer-Gould A et al. Childhood obesity and risk of pediatric multiple sclerosis and clinically isolated syndrome. Neurology 2013).
Existe evidencia de que un alto índice de masa corporal (IMC) y circunferencia de la cintura (WC) después de un primer episodio de desmielinización puede implicar un mayor riesgo de ataques posteriores. Además, el IMC alto, el WC y la circunferencia de la cadera (HC) parecen estar asociados a un deterioro del nivel de discapacidad Tettey T et al. An adverse lipid profile and increased levels of adiposity significantly predict clinical course after a first demyelinating event. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2017.
Los mecanismos potenciales por los cuales la calidad de la dieta puede influir en el curso de la enfermedad en pacientes con EM incluyen los cambios epigenéticos Rito,Y. et al Epigenetics in Multiple Sclerosis: Molecular Mechanisms and Dietary Intervention. Cent. Nerv. Syst. Agents Med. Chem. 2018, y los cambios en la composición del microbioma intestinal Saresella, M .et al Immunological and Clinical Effect of Diet Modulation of the Gut Microbiome in Multiple Sclerosis Patients: A Pilot Study. Front. Immunol. 2017, los cuales pueden provocar una disminución de la regulación de la inflamación.
Varios estudios evidenciaron la relación entre los componentes de la dieta y la atenuación o exacerbación de los signos y síntomas de la enfermedad, como se observó en los polifenoles con respecto a la desmielinización y la debilidad muscular Mahler A, et al. Metabolic response to epigallocatechin-3-gallate in relapsing-remitting multiple sclerosis: a randomized clinical trial. Am J Clin Nutr. 2015 o para el retinol en la reducción de lesiones y la prevención de nuevas lesiones en RM Loken-Amsrud KI. Retinol levels are associated with magnetic resonance imaging outcomes in multiple sclerosis. Mult Scler J. 2013 y omega 3 , vitamina D y aceite de linaza para la prevención de la fatiga Weiland TJ, et al. Clinically significant fatigue: prevalence and associated factors in an international sample of adults with multiple sclerosis recruited via the internet. PLoS ONE. 2015
La relación entre los factores de la dieta y los síntomas de la EM puede ser intermediada por la modulación de la respuesta inflamatoria individual, ya que los componentes específicos de la dieta, como la ingesta excesiva de calorías, la grasa trans y la grasa saturada, pueden desviar el metabolismo de las células humanas hacia conductas responsables de la biosíntesis de moléculas proinflamatorias lo que generan un estado inflamatorio crónico de bajo grado y la posterior autoinmunidad.
La presencia de comorbilidades se incrementan inclusive en periodos preclinicos de la Enfermedad asi como posterior del diagnostico (Susan Jick. ECTRIMS poster 2018). Los factores de riesgo de enfermedad vascular como la obesidad, la hiperlipidemia, la hipertensión, la enfermedad cardíaca y la diabetes, suelen estar relacionados con la dieta y el estilo de vida y viene en incremento en pxEM (Ann Marrie R et al , Differing trends in the incidence of vascular comorbidity in MS and the general population. Neurol Clin Pract 2016). Los datos sugieren que estos factores pueden tener efectos perjudiciales sobre la progresión de la discapacidad en la EM:
Un mayor colesterol total y lipoproteínas de baja densidad se asocian con un empeoramiento de la discapacidad en los pacientes con EM Weinstock-Guttman B, et al. Serum lipid profiles are associated with disability and MRI outcomes in multiple sclerosis. J Neuroinflammation 2011. y un mayor número lesiones T2 en la RM en un periodo de 2 años en pacientes con síndrome clínico aislado de alto riesgo, Weinstock-Guttman B, et al. Lipid profiles are associated with lesion formation over 24 months in interferon-beta treated patients following the first demyelinating event. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2013; mientras que la lipoproteína de alta densidad está asociada con un menor volumen de lesión.
En el siguiente articulo los autores evaluan en pacientes con EM el efecto de los factores de riesgo basados en el estilo de vida relacionados con la enfermedad cardiovascular (ECV) en resultados clínicos y RM.
J Neurol. 2019 Feb 13. doi: 10.1007/s00415-019-09208-0. [Epub ahead of print]
Dietary and lifestyle factors in multiple sclerosis progression: results from a 5-year longitudinal MRI study.
Jakimovski D ,Weinstock-Guttman B, Gandhi , Guan Y, Hagemeier J, Ramasamy DP, Fuchs TA, Browne RW, Bergsland N, Dwyer MG, Ramanathan M, Zivadinov R.
Abstract
BACKGROUND:
Evidence regarding the role, if any, of dietary and lifestyle factors in the pathogenesis of multiple sclerosis (MS) is poorly understood.
OBJECTIVE:
To assess the effect of lifestyle-based risk factors linked to cardiovascular disease (CVD) on clinical and MRI-derived MS outcomes.
METHODS:
The study enrolled 175 MS or clinically isolated syndrome (CIS) patients and 42 age- and sex-matched healthy controls (HCs) who were longitudinally followed for 5.5 years. The 20-year CVD risk was calculated by Healthy Heart Score (HHS) prediction model which includes age, smoking, body mass index, dietary intake, exercise, and alcohol consumption. Baseline and follow-up MRI scans were obtained and cross-sectional and longitudinal changes of T2-lesion volume (LV), whole brain volume (WBV), white matter volume (WMV), gray matter volume (GMV), and lateral ventricular volume (LVV) were calculated.
RESULTS:
After correcting for disease duration, the baseline HHS values of the MS group were associated with baseline GMV (rs = - 0.20, p = 0.01), and longitudinal LVV change (rs = 0.19, p = 0.01). The association with LVV remained significant after adjusting for baseline LVV volumes (rs = 0.2, p = 0.008) in MS patients. The diet component of the HHS was associated with the 5-year T2-LV accrual (rs = - 0.191, p = 0.04) in MS. In the HC group, the HHS was associated with LVV (rs = 0.58, p < 0.001), GMV (rs = - 0.57, p < 0.001), WBV (rs = - 0.55, p = 0.001), T2-LV (rs = 0.41, p = 0.027), and WMV (rs = - 0.38, p = 0.042). Additionally, the HC HHS was associated with the 5-year change in LVV (rs = 0.54, p = 0.001) and in WBV (rs = - 0.45, p = 0.011).
CONCLUSION:
Lifestyle risk factors contribute to accelerated central brain atrophy in MS patients, whereas unhealthier diet is associated with MS lesion accrual. Despite the lower overall effect when compared to HCs, lifestyle-based modifications may still provide a beneficial effect on reducing brain atrophy in MS patients
La evidencia con respecto al papel, si lo hay, de los factores dietarios y de estilo de vida en la patogénesis de la esclerosis múltiple (EM) no se conoce bien.
OBJETIVO:
Evaluar el efecto de los factores de riesgo basados en el estilo de vida relacionados con la enfermedad cardiovascular (ECV) en los resultados clínicos y de la RM derivados de la EM.
MÉTODOS:
El estudio incluyó a 175 pacientes con EM o síndrome de clinico aislado (CIS) y 42 controles sanos (HQ) de edad y sexo que fueron seguidos longitudinalmente durante 5,5 años. El riesgo de ECV a 20 años se calculó mediante el modelo de predicción de puntuación de corazón saludable (HHS) que incluye la edad, el tabaquismo, el índice de masa corporal, la ingesta alimentaria, el ejercicio y el consumo de alcohol. Se obtuvieron imágenes de resonancia magnética de base y seguimiento , se calcularon cambios transversales y longitudinales del volumen de la lesión T2 (LV), el volumen total del cerebro (WBV), el volumen de sustancia blanca (WMV), el volumen de la sustancia gris (GMV) y el volumen del ventrículo lateral. (LVV)
RESULTADOS:
Después de corregir la duración de la enfermedad, los valores basales de HHS del grupo de EM se asociaron con GMV basal (rs = - 0.20, p = 0.01) y cambio longitudinal de LVV (rs = 0.19, p = 0.01). La asociación con LVV siguió siendo significativa después de ajustar los volúmenes basales de LVV (rs = 0.2, p = 0.008) en pacientes con MS. El componente de la dieta del HHS se asoció con la acumulación de T2-LV a los 5 años (rs = - 0.191, p = 0.04) en la EM. En el grupo de HC, el HHS se asoció con LVV (rs = 0.58, p <0.001), GMV (rs = - 0.57, p <0.001), WBV (rs = - 0.55, p = 0.001), T2-LV (rs = 0.41, p = 0.027), y WMV (rs = - 0.38, p = 0.042). Además, el HC HHS se asoció con el cambio de 5 años en LVV (rs = 0.54, p = 0.001) y en WBV (rs = - 0.45, p = 0.011).
CONCLUSIÓN:
Los factores de riesgo del estilo de vida contribuyen a la atrofia cerebral central acelerada en pacientes con EM, mientras que la dieta poco saludable se asocia con la acumulación de lesiones por EM. A pesar del menor efecto general en comparación con los HC, las modificaciones basadas en el estilo de vida pueden proporcionar un efecto beneficioso en la reducción de la atrofia cerebral en pacientes con EM.
Este estudio demuestra que el comportamiento basado en el estilo de vida relacionado con un mayor riesgo de ECV se asocia con una mayor atrofia cerebral central durante un período de 5 años en pacientes con EM. Sin embargo, la discrepancia entre el diferente tamaño del efecto observado en la EM y los controles sanos apunta indirectamente a un proceso neurodegenerativo específico de la EM y al estilo de vida. A pesar de las asociaciones más bajas observadas en la población con EM, abordar los factores de riesgo modificables basados en el estilo de vida puede tener el potencial de reducir aún más el desarrollo general de la atrofia cerebral relacionada con la EM.
Este estudio mostró que los pacientes con EM con preferencias de dieta poco saludables (puntuaciones de dieta más bajas) tuvieron una mayor acumulación de T2-LV durante el período de seguimiento de 5 años. Otra observación clínica de este estudio es la asociación de una mayor puntuación de riesgo asociada a la ECV de 20 años y una tasa de recaída más baja durante el período de seguimiento de 5 años.
En conclusión, el comportamiento general basado en el estilo de vida y la salud cardiovascular contribuyen a la aceleración de la atrofia cerebral central en pacientes con EM. Además, una dieta más pobre se asoció con una mayor acumulación de T2-LV. Las asociaciones relativamente débiles de HHS, una medida compuesta que incorpora la edad, el sexo, el ejercicio, la dieta, el consumo de alcohol y tabaco, con los volúmenes cerebrales de la EM pueden implicar un proceso independiente y específico de la EM que contribuye a la atrofia cerebral. Sin embargo, las modificaciones basadas en el estilo de vida pueden contribuir a disminuir la tasa global de atrofia cerebral observada en la población con EM.
Para finalizar un excelente articulo que explora la asociacion entre las alteraciones en las células T memoria CCR9 +, causadas por los cambios en la microbiota intestinal o el envejecimiento, pueden llevar al desarrollo de SPMS.
Brain. 2019 Feb 15. pii: awz012. doi: 10.1093/brain/awz012. [Epub ahead of print]