La patogénesis de la Esclerosis Múltiple es compleja y multifactorial (Thompson A. et al. The Lancet 2018). Adicionalmente a los componentes genéticos, epigenéticos e inmunológicos, varios otros factores ambientales pueden desempeñar un papel en el desarrollo de la esclerosis múltiple (infección viral: virus de Epstein-Barr, aspectos nutricionales como la llamada dieta occidental, inactividad física, obesidad en la infancia y adolescencia, tabaquismo, bajos niveles de vitamina D3, etc.) Olsson T et al, Nature Reviews Neurology 2017.
- Diferentes estudios epidemiológicos y en especial un metaanálisis demostraron una relación entre la mortalidad de Esclerosis Múltiple y el contenido de grasa en la dieta, donde la ingesta de ácidos grasos saturados, principalmente en productos grasos animales, se correlaciona positivamente con la mortalidad por Esclerosis Múltiple (Esparza et al., Am J Epidemiol. 1995). Se ha documentado un mayor riesgo de esclerosis múltiple se asocia con un alto consumo calórico y de alimentos de origen animal. (Ghadirian et al., Int J Epidemiol. 1998). El mismo estudio también reveló un efecto protector de otros nutrientes, incluyendo proteína vegetal, fibra dietética, fibra de cereal, vitamina C, tiamina, riboflavina, calcio y potasio.
- En Esclerosis Múltiple infantil, Azary S et al. J Neurol Neurosurg Psychiatry. 2018, el alto consumo de energía a partir de la grasa saturada, incrementa el riesgo de recaída, mientras que la ingesta de vegetales puede ser independientemente protectora. Este estudio demostró que por cada 10% de aumento en el consumo de energía de grasa aumentó el riesgo de recaída en un 56%, y en particular cada aumento del 10% en grasa saturada triplicado este peligro.
- Por el contrario, cada equivalente adicional de una taza de vegetales disminuyó el riesgo de recaída en un 50%.
Se sabe que la llamada dieta occidental contiene, además de otros, demasiada grasa, especialmente ácidos grasos saturados.
Datos provenientes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (WFP) indica que, durante los últimos 30 años, el contenido de grasa proveniente de todas las fuentes, consumido por los estadounidenses aumentó de 119 g por capita por día a 155 g per cápita por día (85 g de grasas monoinsaturadas (MUFA)), que representan el 42% de consumo total de energía.
Similar a la tendencia mundial, el exceso de peso –que incluye tanto sobrepeso como obesidad– subió de 4,9% en 2010 a 6,3% en 2015. La población adulta con exceso de peso pasó de 51,2% en 2010 a 56,4% en 2015.
En la actualidad, cerca del 95% de la población consume alimentos fritos, 73% consume embutidos, 69.6% consume productos de paquete y 50% consume comidas rápidas.
Es por esto que factores ambientales como el estado nutricional pueden afectar el curso clínico de la Esclerosis Múltiple. Existe evidencia de que un índice de masa corporal (IMC) y una circunferencia de cintura (CC) elevados después de un primer episodio desmielinizante pueden implicar un mayor riesgo de ataques posteriores. Además, un IMC, CC y circunferencia de la cadera (HC) elevados parecen estar asociados con un empeoramiento del nivel de discapacidad medido mediante la Escala Ampliada del Estado de Discapacidad (EDSS) (Jones CA. et al. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2017). El exceso de masa grasa, especialmente cuando se localiza en la región abdominal, contribuye a un estado de inflamación crónica de bajo grado, incremento de complicaciones metabólicas como la hipertensión arterial, la resistencia a la insulina, una mayor producción de citoquinas proinflamatorias (Khanna D et al. Cureus 2022).
- Varios estudios previos, sugieren que los pacientes con Esclerosis Múltiple siguen una dieta que puede representar un riesgo de empeoramiento del pronóstico de la enfermedad.
- Un estudio transversal desarrollado en Teherán incluyó a 101 pacientes con EMRR y detectó una ingesta diaria de vitamina D, folato, calcio y magnesio en cantidades inferiores a las sugeridas en la ingesta dietética de referencia (Bitarafan S. et al. Arch Iran Med 2015).
- Otro estudio en EEUU, evaluó la dieta de 35 pacientes Esclerosis Múltiple y encontró un consumo porcentual promedio de grasas totales y saturadas superior al recomendado, mientras que la ingesta de fibra solo alcanzó el 87% de los niveles de consumo adecuados. Algunos individuos estudiados seguían dietas especiales, lo que también implicaba una alimentación inadecuada (Masullo L. et al. J Community Health 2015).
La dieta puede provocar un estado de inflamación crónica de bajo grado, capaz de afectar la expresión de los genes responsables de la acumulación de grasa y el aumento de peso. Una dieta rica en componentes proinflamatorios como los ácidos grasos 18:2, araquidónico (AA) y saturados ,puede activar el factor de transcripción genético NF-kB, que aumenta la enzima COX-2 y varias citoquinas proinflamatorias, que induce una mayor expresión de las enzimas responsables de la oxidación de grasas. El consumo de AA da como resultado una mayor síntesis de endocannabinoides en el SNC, lo que aumenta la sensación de hambre. Por tanto, la inflamación generada por la dieta parece interferir en los mecanismos de señalización del tejido adiposo y del hipotálamo, lo que resulta en un aumento de peso.
El Índice Inflamatorio Dietético (DII) consiste en una herramienta que evalúa el potencial inflamatorio de la dieta basándose en la asignación de una puntuación inflamatoria a una variedad de nutrientes, condimentos y compuestos bioactivos (Shivappa N. et al. Publ Health Nutr 2014).
- El índice inflamatorio dietético (DII) es una puntuación que se centra en la relación entre ciertos componentes de los alimentos con ciertos biomarcadores inflamatorios, incluida la proteína C reactiva (PCR), la homocisteína y la interleucina-6. Este índice abarca hasta 45 componentes dietéticos, incluidos macronutrientes y micronutrientes, flavonoides y alimentos individuales, que han sido identificados como factores importantes en el potencial inflamatorio de una dieta. El DII se calcula asignando puntuaciones positivas o negativas a cada uno de estos componentes de la dieta, lo que refleja su potencial para obtener resultados proinflamatorios o antiinflamatorios, respectivamente.
Una dieta proinflamatoria (puntuación DII más alta) se asocia con un mayor riesgo de diversas enfermedades crónicas, incluido el cáncer colorrectal, enfermedades cardiovasculares, demencia y mortalidad general) (Hébert J et al. Adv Nutr 2019).
- Los hallazgos actuales demuestran que los individuos con una dieta inflamatoria tienen un IMC, grasa corporal y relación cintura/cadera (ICC) más altos, lo que puede denotar que una inflamación inducida por la dieta puede contribuir al mantenimiento o exacerbación de la obesidad, especialmente en la región abdominal.
- El Índice Inflamatorio Dietético (DII) se ha correlacionado positivamente con la presión diastólica media (DBP) entre los casos de Esclerosis Múltiple progresiva. Se ha correlacionado en forma directa entre el DII y la presencia de hipertensión arterial.
- Estudios anteriores han indicado que una puntuación DII elevada, que significa una dieta proinflamatoria, puede estar relacionada con una mayor probabilidad de desarrollar Esclerosis Múltiple.
- En un estudio de casos y controles, se encontró que una dieta con composición proinflamatoria se asociaba con un aumento del 86% en el riesgo de Esclerosis Múltiple (Abdollahpour I. et al. Clinical Nutrition 2020).
- En otro estudio de casos y controles, se encontró que un aumento de una unidad en la puntuación DII estaba asociado con una mayor probabilidad de diagnóstico clínico inicial de desmielinización del sistema nervioso central en mujeres, mientras que no se observó tal asociación en hombres (Mannino A. et al. Mult Scler Relat Disord 2022).
A continuación la primera revisión sistemática y/o metanálisis que ha evaluado la relación entre DII y el riesgo de desarrollar Esclerosis Múltiple /enfermedad autoinmune desmielinizante.
El objetivo es aclarar la asociación, si la hubiera, entre las dietas inflamatorias y la probabilidad de Esclerosis Múltiple /enfermedad autoinmune desmielinizante mediante una revisión sistemática y un metanálisis.
Clin Nutr ESPEN 2024
A systematic review and meta-analysis of Dietary Inflammatory Index and the likelihood of multiple sclerosis/ demyelinating autoimmune disease
Esmaeil Yousefi Rad, Somayeh Saboori, Thanasis G Tektonidis, Steve Simpson-Yap, Jeanette Reece, James R Hebert, Richard Nicholas, Rod Middleton, Jonathan Tammam, Lucinda Black, Shelly Coe
Abstract
La dieta y la inflamación pueden contribuir al desarrollo de la esclerosis múltiple (EM). El objetivo de esta revisión sistemática y metanálisis fue evaluar la asociación entre la dieta proinflamatoria, según lo estimado por el Índice Inflamatorio Dietético (DII®), y la probabilidad de desarrollar EM u otras enfermedades autoinmunes desmielinizantes. Se realizó una búsqueda sistemática en motores de búsqueda y bases de datos (PubMed, ISI Web of Sciences, Scopus y Embase) para identificar estudios relevantes antes del 10 de junio de 2023. La búsqueda identificó 182 estudios potenciales, de los cuales se examinó la relevancia de 39 artículos de texto completo. Cinco artículos con diseño de casos y controles (n = 4322, grupo de intervención: 1714; grupo de control: 2608) cumplieron los criterios de inclusión del estudio. La variable de exposición fue DII, con estudios que utilizaron dos modelos distintos: comparaciones basadas en cuartiles de DII y evaluación de DII continua. El metanálisis de cuartiles altos versus bajos de DII con cuatro tamaños del efecto mostró una asociación significativa con la probabilidad de EM/enfermedad autoinmune desmielinizante, con un odds ratio (OR) de 3,26 (intervalo de confianza (IC) del 95%: 1,16; 9,10). El metanálisis de cuatro estudios con ajuste DII como variable continua mostró un aumento del 31 % en la probabilidad de EM por incremento unitario; lo cual no fue estadísticamente significativo al alfa nominal igual a 0,05 (OR 1,31; IC del 95%: 0,95 a 1,81). En conclusión, esta revisión sistemática y metanálisis proporciona evidencia de una asociación positiva entre puntuaciones más altas de DII con la probabilidad de desarrollar EM, destacando que la inflamación inducida por la dieta podría desempeñar un papel en el riesgo de EM u otras enfermedades autoinmunes desmielinizantes.
Los resultados demuestran:
- Un aumento significativo en el OR de Esclerosis Múltiple/enfermedad autoinmune desmielinizante entre aquellos en la categoría más alta de DII en comparación con la categoría más baja.
- Aumento de 1 unidad en DII se correlacionaba con un aumento del 31 % en la probabilidad de Esclerosis Múltiple/enfermedad autoinmune desmielinizante, aunque este hallazgo no fue estadísticamente significativo.
Conclusión
En conclusión, esta revisión sistemática y metanálisis encontraron que el consumo de una dieta proinflamatoria puede aumentar la probabilidad de padecer Esclerosis Múltiple.
Estos hallazgos resaltan la importancia de incluir más alimentos antiinflamatorios en la dieta para la posible prevención y tratamiento de la Esclerosis Múltiple y proporcionan una vía potencial para que futuras investigaciones desarrollen estrategias nutricionales específicas para mitigar la carga de estas condiciones debilitantes.
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